No fue un flechazo, mas bien fue todo poquito a poco, como un castillo de naipes, cada día, a base de paciencia, cariño y esfuerzo ponía una carta mas en mi castillo, hasta que ese castillo, a pesar de ser de naipes, a mi me parecía tan solido y fuerte como una muralla. La pena, esque me he quedado encerrada en este castillo, en mi propio castillo, sigo queriendole como el primer día, tal vez incluso mas porque no hay mas verdad que lo de: uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Enfin, de momento, el unico consuelo que me queda esque tengo 14 años y que al final todo se desintegra, tanto los naipes como la piedra.